El futuro de los pagos móviles

22-08-2025

¿Efectivo? ¿Tarjetas? No, ahora pagar es solo cuestión de un clic.

Opinion Article - Paulo Cunha News (2024)_Inside News_1400x700px-Aug-22-2025-03-02-48-7148-PM¿Quién no se ha encontrado alguna vez en la fila del supermercado y, al llegar el momento de pagar, se ha dado cuenta de que olvidó la billetera en casa o en el coche? Hoy en día, este ya no es un problema, ya que puede resolverse en segundos a través del smartphone o el smartwatch, con solo unos clics.


A lo largo del tiempo han surgido nuevos métodos e interfaces de pago, impulsados por la evolución tecnológica y la transformación digital. Actualmente, los pagos electrónicos son a menudo la primera opción de los consumidores, quienes adoptan soluciones como CoDI, Apple Pay o Google Pay.


Una de las principales ventajas de estos sistemas es su eficiencia y rapidez, ya que, a diferencia de los métodos tradicionales, eliminan posibles errores y retrasos. Además, estas nuevas operaciones también ofrecen una excelente relación costo-beneficio: por ejemplo, las empresas que realizan grandes transferencias, tanto nacionales como internacionales, pueden beneficiarse de tarifas más bajas y de una reducción en los costos operativos. Por cierto, cuando se trata de transacciones en el extranjero, la accesibilidad global es otro beneficio fundamental. Estas herramientas permiten a los consumidores enviar dinero más fácilmente a familiares en otros países, mientras que las empresas pueden expandirse a nuevos mercados y ampliar su base de clientes.

 

Además, en el ámbito empresarial, este tipo de pagos también permite tomar decisiones estratégicas más informadas, ya que el uso de pagos digitales facilita la recopilación y el análisis de datos, promoviendo así una mejor toma de decisiones.

 

No obstante, es inevitable abordar el tema de la seguridad en los pagos digitales. Si bien estar conectado al mundo digital conlleva riesgos de ciberataques, gracias a tecnologías de encriptación, procesos de autenticación y herramientas de detección de fraudes, es posible garantizar la integridad de las transacciones y, con ello, aumentar la confianza del consumidor.


Creo que este tema también está muy relacionado con la resistencia al cambio. Es decir, no todas las generaciones se sienten cómodas migrando al mundo digital, especialmente las personas mayores. Por un lado, existe la familiaridad con métodos “tradicionales” como el efectivo o las tarjetas físicas. Por otro, la rápida evolución tecnológica y la falta de educación digital pueden resultar intimidantes, y las preocupaciones sobre la seguridad o la ausencia de soporte técnico "presencial" intensifican esta resistencia.


Otro reto para la adopción de los sistemas de pago digitales es, en algunos casos, la falta de infraestructura adecuada. Las organizaciones pueden enfrentar mayores dificultades para implementar estas soluciones en regiones con baja conectividad.


Es fundamental asegurar que la evolución de los pagos digitales esté bien gestionada, de modo que se maximicen los beneficios y se minimicen los riesgos, garantizando así que todos puedan aprovechar al máximo estos métodos. A medida que estos sistemas se convierten en parte integral de nuestro futuro, recae en empresas, consumidores y reguladores la responsabilidad de avanzar en esta nueva era de forma segura, eficiente e innovadora.